Como ingeniero civil con más de 12 años en obra en terrenos difíciles, he visto cómo una sola mala decisión técnica puede retrasar semanas un proyecto. En zonas rurales de América Latina o Asia, donde la topografía es irregular y el acceso limitado, la elección del equipo correcto no es solo una ventaja —es una necesidad.
En pendientes del 25% o más, los camiones estándar tienden a perder tracción. Según estudios del Instituto de Ingeniería Civil de Colombia, el 67% de los retrasos en obras rurales se deben a problemas de movilidad del equipo. El barro, la grava suelta y las curvas cerradas hacen que los vehículos se atasquen o incluso se vuelquen. Esto no solo afecta la productividad, sino también la seguridad del personal.
Pero hay una solución que funciona: el chasis articulado. Al igual que un cuello humano, permite girar hasta 90° entre elantero y trasero, reduciendo el radio de giro en un 40% frente a los modelos tradicionales. Esto significa menos daño al terreno y mayor estabilidad en laderas empinadas.
El modelo AS-2.6 de National Mikos Tech combina chasis articulado con neumáticos de ingeniería (no comerciales). Estos tienen una presión de contacto de solo 0.3 kg/cm², lo que evita hundirse en el barro. En pruebas realizadas en Huancavelica, Perú, este sistema permitió operar durante 8 horas consecutivas sin parada por pérdida de tracción —una mejora del 70% respecto a equipos similares.
Y si pensabas que eso era todo… ¡la verdadera magia está en el tambor! Con un ángulo de rotación de 270°, puedes ajustar la dirección exacta del hormigón sin mover el vehículo. Es como tener un brazo extendido que coloca el material justo donde lo necesitas, incluso en espacios reducidos.
💡 Consejo práctico para operadores:
Cuando trabajes en pendientes >15°, siempre inicia con el tambor en posición horizontal antes de comenzar la descarga. Esto distribuye el peso uniformemente y previene el deslizamiento del chasis.
Un contratista en Oaxaca, México, reportó una reducción del 50% en tiempo muerto después de usar el AS-2.6 en una carretera rural. En otro caso, en Bolivia, un equipo logró completar una estructura de 3 metros de altura en un área con acceso solo por sendero, gracias a la precisión del sistema de rotación del tambor.
Estos no son casos aislados. Son evidencia de que cuando el diseño técnico responde a las condiciones reales del campo, el rendimiento cambia radicalmente.
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